Lo único certero

Para mi querida amiga Silvia Cuevas-Morales,
sólo por contradecirla.

“Debe ser verdad lo que dicen,
la única certeza
está al final del camino”.
Silvia Cuevas-Morales

Jamás serás lo certero.
No he tenido
el displacer de conocerte.
Conozco en cambio el camino
la pena, el odio,
el amor y la alegría.
También la acidez de estómago.
Todo eso que llaman vida
y que he recorrido hasta cansarme.
He intimado con ella,
con ella he ido y he vuelto,
he tallado pasiones,
he dibujado fronteras
y luego las he borrado.
He sufrido el dolor
que provoca en mi rodilla,
en mi alma y mi riñón.
Es por eso que soy un convencido
de que ella sí es certera.
Tan certera como la fatiga,
los anteojos rotos
y el agujero en la media
por donde asoma, si quiere,
el dedo gordo.
Sin embargo
a ti nunca te he visto.
No he mordido tus garras
ni he sangrado por tus heridas.
No me has anidado
ni parido
ni gestado.
Ni siquiera he podido comprobar
que sepas sonarte los mocos.
Si te acercas más
y quieres sorprenderme
me encontrarás vivo y aquí.
Pero si te haces certera
ya no estaré para comprobarlo.
Jamás podrás
convencerme de que existes.

Ramblas

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…la única calle de la tierra que yo desearía que no se acabara nunca…
Federico García Lorca

Te quiero así como eras
esa mañana de octubre.
Estábamos todos
y el sol empujaba las hojas
tras los plataneros.
Te quiero así como eras
aquella mañana de junio.
El barco nos dejó desamparados
y de una ojeada nos hiciste tuyos.
Te quiero así,
cuando abrigas,
cuando cantas,
cuando las estatuas
hacen sombra en tus aceras
y las flores no alcanzan
a definir tus horas.
Y quiero quererte en el despertar
de la pausa horrible
para que mis pasos vuelvan
a acariciar tus piedras
y seas otra vez
el paseo que amaba Federico.

 

Sombras y poemas

A mi amigo Javier Solé

El cristal de una perpetua sombra
tiñe la mirada
con el color del hueco.
A veces, cuando el tormento
mastica horas y distancias,
el poeta deja de vivir la muerte
porque entra a otra verdad.
Pero en un pan,
en un libro,
en la ropa de una muñeca de trapo
o en el vacío que lleva anclado su nombre
ella vuelve
mientras los poemas
florecen en la arena que inunda
el latir de lo que nunca
hará brotar la sangre.