Del alba al ocaso

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En la primavera del 2007 Art i Paraules publicó el libro “Del alba al ocaso”. Treinta y dos fotografías de Héctor Zampaglione ilustradas por treinta y un poemas míos componen este libro con prólogo de Jordi Pericot.
En esta página figuran trece poemas y las fotos que ellos ilustran así como los correspondientes fragmentos del DVD que montó y coordinó Federico Martínez para algunas de las presentaciones del libro.

Si estás interesado en comprar el libro escríbenos a gabrielalejo@gmail.com

AMANECER CON PRESAGIOS

 

 

Un abanico en el cielo.
Nubes errantes atrapadas
por sombras y luces que comienzan.
El fracaso del pintor
impotente ante su lienzo.
Un mar que se niega a reflejar lo que no importa.
Hay un presagio que morirá cuando se cumpla.
Mañana nada será igual.
Pero el pintor
seguirá desconsolado entre las telas.
Todo se ha ido en cada instante.
No hay minutos de pasión que nos perduren.
Ha muerto el momento y nos ignora.

UN MISTERIO NACE

Un misterio nace
cada vez que la noche muere.
El solo sol, un pájaro y dos hombres:
el que piensa
y el que en silencio mira,
quieto,
temeroso de romper la intimidad.

Y el misterio crece.
Hasta que por fin estalle
en la luz total de la mañana,
muera el espejo
y el azul invada el día.

PROAS

¿Y si esa fuera mi figura?
¿Si ese frío que amanece
me llevara a navegar
de la mano solitaria
que entrelaza mis recuerdos?
¿Si la red fuera mi abrigo,
mi cincel los aparejos,
esa barca mi país
y el áncora mi destierro?
¿Y si esas proas avanzan
y dejan atrás los remos,
y separan las distancias,
y se hunden y reflotan,
y amanecen
y se ocultan?
Despierto
y aún ensoñado por la duda,
miro.

MIRANDO AL SUR

Te has tomado un descanso en tu añorar.
Los recuerdos quedan solos a tu espalda.
Hojeas sin prisa un periódico cualquiera
y buscas la noticia que nunca escribirán.
Allá lejos,
tras aquella línea curva
la vida es de otra gente,
el Sur existe y tu no estás.
Cuando asome la noche
y vuelvan en silencio los recuerdos,
entrarás al bar
de la mano de un pedazo de nostalgia.
En la mesa de siempre mirarás por la ventana
y habrá un hueco:
el de otro bar, otro banco,
otra mesa, otro mar.

MARINHEIRO

Cuando el ocaso muera
hablarás con tu barca naufragada.
Tu vida será un remo,
un vino y una red.
Tu marzo será octubre
con las sombras de la noche
y tus sueños sin timón
un recuerdo
que alguien siembra
y nadie agosta.
Todo se consume, viejo marinero,
todo se consume como el humo del cigarro,
la ceniza, tus manos, las arrugas
y esos ojos que dibujan la ironía
del que espera que su historia leve anclas
y deje la barca a la deriva.

GAVIOTAS, MAR Y VIENTO

Había también,
cuando llegamos a Lisboa,
un puente, la bruma
y un señor.
Y había también
un frío de madrugada,
un susto,
esperanza y amor.
Palabras.
Silencios.
Versos.
Dolor.
Y esa gaviota
entre las nubes,
el mar
y un malecón,
que nos hablaba
desde sus alas libres
de islas, distancias,
un cielo, el sol.
Gaviota ácrata,
viva,
franca,
con mareas sin mar,
sin horas,
sin caminos,
despeinada por el viento a contra pluma.
Qué suerte y qué pena
llegar a Lisboa:
una gaviota inquilina del mar,
una puerta abierta,
un cruce,
una soga,
un vuelo,
una escala,
equilibrios
quizás.

ENTRE EL PUENTE Y LA NUBE

Entre el puente y la nube
vacila un hueco azul.
Algodones suspendidos,
aves, caminantes,
ciclistas y carros que no están.
Nadie se atreve a perturbar la calma.
No hay ni siquiera
un beso de viento.
La nube quieta,
suspendida en el silencio,
observa un cobalto inalcanzable.

LA DONA I EL SOMNI

Al matí
quan la llum del sol amoixa els camps
i la terra dóna el seu gra,
la rosella anuncia el pas a un altre temps
i tu esperes que el cant d’un ocell
desperti els teus somnis serens
i et faci volar amb ell
damunt la immensitat groga.

DESHABITADA

Busco inutilmente sus pisadas
y ando sola por mis caminos rotos.
Mi universo está vacío.
La soledad es un monstruo que me habita.
Nadie está para alarmarme.
Nadie intenta una caricia.
En cada poro de mi piel mora su muerte.
Pero vivo
y acudo cada día a la tristeza.
No pregunto, no doy,
no percibo,
no lloro.
Mis ojos secos están secos de esperanza.
Quiero hablar.
Contar.
Gritar.
Mi boca ahora es la que nunca tuvo un beso.
Soy espanto
y soy fatiga.
Soy la muerte.
En cada pliegue de mi velo está el recuerdo.
Atardeceres, primaveras,
soles, lluvia,
todo lo leo con los ojos de un espectro,
todo parece
hundido en una nada.
Todo es silencio,
aridez y espinas.
En cada poro de mi piel está su vida.

EN EL AZUL UNA FIGURA

En el azul, una figura
sale del mundo para atrapar al pájaro.
Es una sombra que vuela,
un gesto,
una pasión quieta
o la caricia insinuada,
el temblor del amor reciente,
la primera sonrisa
o un adiós al que se va.

VA DE VIAJE

El domingo va de viaje.
Camisa limpia,
maleta y pantalón.
Y el agua en el bidón.
Algo peinado,
serio, sin rubor.
Como un señor.
Así va el niño con su equipaje.
De viaje.

DOS ALIANZAS

Espera.
Piensa dónde está
o cuándo o con quién.
Las arrugas en su rostro le dibujan el pasado.
Dos alianzas que le acercan la memoria.
Y ese gesto infantil que la delata.
Una niña. Sola en un hogar vacío.
Sin juegos ni recuerdos que le hablen de los juegos.
Cuánta ropa lavada.
Cuántos surcos abiertos en la tierra.
Y el hambre, ese hambre del día y de la noche,
al que los dos sentados a la mesa
engañaban con palabras.
Y ahora que ella come y que cocina
y quiere mirarlo sin las prisas del “mañana al alba al trabajo”,
del dormir, del amar, del criar,
y ahora que puede sonreirle
con la tranquila dulzura del tiempo caminado,
él no está.
Se volaron sus palabras.
¿Con quién habla entonces de la guerra,
de ese tren,
de sus muertos en la noche,
del fusil y el paredón?
Sólo con la alianza, la más grande,
la del luto, de la sangre y del dolor.
Ella espera.
Ella piensa: “ya voy,
ya estoy contigo,
ponte tu alianza y tu sombrero,
bebamos como siempre de aquel vino,
y charlemos por la senda que va al mar”.

DELIRIO

A veces se desliza hasta mis pies
y desde allí me mira
como pidiéndome permiso para entrar.
Yo me hago el loco
y entonces
él trepa lentamente por mis piernas,
se detiene en la pelvis
a veces más,
a veces menos.
Me vuelve a mirar.
Sigue subiendo,
orillea mi ombligo,
transita por el pecho,
rodea mi cuello
y sube por la nuca
hasta instalarse en la terraza.
Desde allí,
como si fueran
las migas de un pan que mordisquea,
va lanzándome farolas apagadas,
esquinas que no existen,
bares que recuerdan recuerdos olvidados,
la sombra de algún árbol,
adoquines mal pintados,
calles de pueblos de provincia
y recortes improbables
de un tiempo sin relojes.

 

Idea y realización del DVD: Gabriel Alejo Jacovkis y Héctor Zampaglione

Poemas: Gabriel Alejo Jacovkis

Fotografías: Héctor Zampaglione

Música original, guitarra y voz: Gabriel Alejo Jacovkis

“En la mar”: canción anónima sefardí

“El cant dels ocells”: canción anónima catalana

Montaje y coordinación DVD: Federico Martínez

Producción: Art i Paraules

6 pensamientos en “Del alba al ocaso

  1. Héctor dice:

    Como decía Leonardo Castillo, «Otra papita mas a la olla compadre»
    este laburo quedó fantástico.Los distintos formatos de ver un mismo material, te hacen descubrile «duendes» nuevos al trabajo.
    Héctor.

  2. Javier dice:

    Me gustan todos, pero mis favoritos son «Deshabitada» y «Dos alianzas». Y con la voz del autor todavía me gustan más. Y las fotos de Héctor son también muy lindas, no sea vaya a enfadarse.

  3. Carmen Enid dice:

    Hermosa poesia, invita verdaderamente soñar despierto y ver los paisajes que la inspiraron. Saludos

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