Es la huella de una sombra.
La voz amordazada.
La mirada ciega.
El llanto en las ascuas de una risa.
El gesto torvo.
La esperanza oxidada entre vacíos.
El gusto acerbo del despertar inquieto.
Un grito en las tinieblas.
El dolor que suspira.
El tiempo.
Archivos Mensuales: octubre 2009
Palabra y voz
La palabra
manchó de rojo el silencio.
La voz era bronca,
roída por los años tras la reja
en la humedad lóbrega,
en el dolor del susurro preso.
La palabra
manchó de rojo el silencio
y se oyó,
bronca, gastada.
Pero se dijo
y la voz, casi muerta,
sonrió.
La partida
La ciudad
abandona al barco con el paso trémulo
….de los padres heridos.
Aleja a los hombres y los muelles,
congela el llanto,
desvanece edificios testigos de vírgenes amores,
silencia sus calles
hasta que el árbol se confunde con la nube
y todo queda a merced de la memoria.
Entonces se vislumbra
el exilio en nuestras manos,
comienza el recuerdo
y nos volvemos habitantes del destierro.
Ganar o perder
Y bueno…
pusimos en la báscula del tiempo
histeria y verdades,
miedo, placer,
algún poema.
A veces se gana
y otras no.
Digo yo que alguno habrá perdido
o tal vez
ninguno fue el dueño de los triunfos.
Tu cuerpo
se veló con la nostalgia
y el mío
se te hizo un pensamiento.
En Amsterdam
En Amsterdam
un amigo borrachin
bebe cerveza en el parque
donde no se puede beber.
Y cuando mis otros amigos
cantan Imagine
él se aburre
y se acuesta en el banco a dormir.
Mis amigos de Amsterdam
no son de ninguna parte
porque vienen de cualquier lado
y quién sabe a dónde van.
No hay extranjeros,
no hay nacionales,
no hay religiosos
no hay descreídos.
En Amsterdam
cruzo la calle por un canal.
Los tulipanes
crecen en barcos con lavadoras
junto a la gente que toma el té.
En Amsterdam vive Ana
entre los muros
de una casa que ella escribió.
En las fotos oigo su voz
y en la cocina
el ruidito del tenedor.
Así es Amsterdam en primavera:
nunca ha existido pero ahí está.