El mañana pasó
vestido con los pétalos secos
de lo que fue una flor.
También lucía
un orgullo masacrado,
un sombrero sin canas,
un reloj que marca las dos
y el poema que algún día escribirá.
El mañana pasó
vestido con los pétalos secos
de lo que fue una flor.
También lucía
un orgullo masacrado,
un sombrero sin canas,
un reloj que marca las dos
y el poema que algún día escribirá.