Sobrevive la figura de mi padre
en la oscuridad
de un horizonte devastado.
Borrosa. Lejana.
Empañada por el llanto
y un camino hacia el vacío.
Mirando alejarse al mensajero
que busca el faro.
Evoco su figura triste,
ahogada la alegría
en la vuelta imposible.
Y este punzante don del recuerdo
trae su mano abierta,
curtida en la magia del vivir,
como si fuera la mía.
En las tardes oscuras de mi otoño
la cálida mano de mi padre
sigue diciendo adiós
desde los muelles.
Es preciso… Tanto los tres primeros versos como los cuatro últimos son geniales. Lo más difícil será encontrar una imagen pictórica a la altura…
Gracias Javier. No dudo que en tu pinacoteca encontrarás una obra adecuada para este poema.
impresionante, Gaby, ¡IMPRESIONANTE!
Gracias Fer. Siempre pesará…
Desde que leí el poema me ha acompañado. Intenso, vibrante, lleno de luz y de vida. Esa mano traspasa tu poema y se ve más clara que el propio poeta. Me quedo estos versos para convocar la mano de mi propia madre, con otra historia y otras circunstancias, pero brotando en esta lectura. Saludos.
Me siento orgulloso de que con este poema convoques la mano de tu madre. Muchas gracias Ester. Un abrazo
Precioso poema, me lo llevo al Nido. Gracias. Un abrazo.
Gracias Loli
Muy bueno mi padre es desaparecido sufro mucho