En mi casa el invierno
entra al sol por las ventanas
y el olor del puchero
aclara las sombras escondidas.
Entonces hay un calor de padres
y el fuego festeja la pasión del tiempo
que renace entre olvidos y semillas.
En mi casa el invierno
entra al sol por las ventanas
y el olor del puchero
aclara las sombras escondidas.
Entonces hay un calor de padres
y el fuego festeja la pasión del tiempo
que renace entre olvidos y semillas.