…la única calle de la tierra que yo desearía que no se acabara nunca…
Federico García Lorca
Te quiero así como eras
esa mañana de octubre.
Estábamos todos
y el sol empujaba las hojas
tras los plataneros.
Te quiero así como eras
aquella mañana de junio.
El barco nos dejó desamparados
y de una ojeada nos hiciste tuyos.
Te quiero así,
cuando abrigas,
cuando cantas,
cuando las estatuas
hacen sombra en tus aceras
y las flores no alcanzan
a definir tus horas.
Y quiero quererte en el despertar
de la pausa horrible
para que mis pasos vuelvan
a acariciar tus piedras
y seas otra vez
el paseo que amaba Federico.