Tiempo

Asomarse
a ese agua que descifra
el dorado lenguaje
de los flamencos.
Acariciar la red
cuando atrapa sueños
de mares ajenos.
Empujar nostalgias
de paisajes que nunca existieron.
Deslizarse
virgen por una nieve virgen
y luego sumergirse ciego
en el pequeño mar del mapa.
Mirar la jaula
donde habita la muerte
y esperar la llegada
de su libertad.

El pájaro y la tumba

El pájaro picotea las semillas
que cayeron ayer sobre mi tumba.
Lo conozco. Lo he visto bailar
saltando entre las ramas del abeto
una danza que estrujaba la vida con las alas.
Temí que el viento lo lanzara
por el sueño de un barranco.

Él ahora picotea las semillas
que cayeron ayer sobre mi tumba.
Agotó la danza o la hizo triste
y echó a volar en busca del calor que le negaba
el lugar que más amó.
No sabía del apego a otros paisajes,
a cualquier lugar
donde no anidara el frío de la muerte.

Y ahora picotea distraído
sin saber que las semillas
cayeron ayer sobre mi tumba.