El pájaro y la tumba

El pájaro picotea las semillas
que cayeron ayer sobre mi tumba.
Lo conozco. Lo he visto bailar
saltando entre las ramas del abeto
una danza que estrujaba la vida con las alas.
Temí que el viento lo lanzara
por el sueño de un barranco.

Él ahora picotea las semillas
que cayeron ayer sobre mi tumba.
Agotó la danza o la hizo triste
y echó a volar en busca del calor que le negaba
el lugar que más amó.
No sabía del apego a otros paisajes,
a cualquier lugar
donde no anidara el frío de la muerte.

Y ahora picotea distraído
sin saber que las semillas
cayeron ayer sobre mi tumba.

Esencial

Cuando lo cierto renuncia a su escondrijo
el dolor de la palabra ahogada
mira quebrarse la máscara.
Pasó el tiempo de los cielos claros
y la herida de la esencia
acaricia los bancos vacíos.
Cinco notas se funden con el cierzo
y dejan un recuerdo suspendido.
El último trazo del pintor suicida
dibuja el gesto
de tu cara triste.