Tinieblas

Como si la noche fuera la magia de un sonido

o la fórmula del olor del pan

o la saliva del ave que migra.

Como si la noche fuera

la pócima de las meigas

o el dilema de Casandra

o la caída en el eterno desorden.

Camina en la oscuridad

sin saber que la noche

sólo es una pequeña gota de rocío.

El sueño y el bosque

Sobre un manto de bocas sin grito
cae el árbol.
La oscuridad del vértigo
desnuda orquídeas
y el despertar se abrasa
en un fuego que no quema las siluetas.
Un niño huye y el anciano
ahoga su terror en la vigilia.

Poco a poco la luz
llevará la calma al latido

La muerte del poeta

La tarde cae desde la nube quieta.
Un cielo absurdo
llueve la calle desierta
y la oscuridad avanza
entre farolas ahogadas.

La noche y los cerezos persiguen una luna
que arriesga sus blancuras
apostando la inercia en las tertulias
donde el poeta muere en el verbo.

Y el verbo, atiborrado,
se sacude de sílabas y versos,
piensa en los juglares
y añora el orden de las letras en las filas.

Un olor de pájaros vagando
da nombre finalmente a la distancia.