El cristal

La lluvia cala
en la simiente de una imagen.
Tras la gota
el cristal juega a separar los pensamientos.
Tras el cristal
un niño mira el jardín de la novia muerta.
La tarde se tiñe
del olor que entristece la mirada
suspendida en el beso del ligustro.
También duele el canto
que la lluvia lee en el atril de los tejados.
La danza de las gotas
atrapa al niño en la ventana
donde dibuja un sendero
que cambia con la agilidad de los imanes.
Siempre es otoño
si el orvallo pinta los momentos.
Cuando la noche comience su camino
el farol que tiembla en los reflejos
abrirá un sueño de adoquines.

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