La noche y el rocío

La noche espera el rocío
dueña de soledades olvidadas en la sed,
entregada al ejercicio
de la muerte cotidiana.
La noche espera el rocío
para que vuelvan las hojas
que caen entre las plumas
de un ala exhausta.
La noche espera el rocío
como la celadora inquieta
de lo perdido.

La gota espera el rocío
para ser.

Intento inútil

En la calle
la paloma intenta mirar a dios.
Algo hay
que hace más desteñidas las plumas
y que el cuello no ayude
a picotear los granos esparcidos.
El señor que limpia las aceras
ha pasado por su lado
pero ella oculta su muerte
detrás del tronco del sicomoro.
La nube se mueve
con la parsimonia de un gato.
Alguna hoja rezagada del otoño
corretea entre los pies y las ruedas.
Junto al árbol
la paloma eterniza el intento
de mirar a dios.
El acto se torna imposible:
ella no ve
y dios no existe.