Locura

El síntoma es no recordar
cuándo entró la locura.
O buscar pájaros en el dibujo
del vientre embarazado.
O silbar en el ocaso
la melodía del cuadro del Bosco.
O repetir el viaje
del globo rojo.
O gritar a coro con los peces
el nombre de la amada.
No recordar
pero haber sabido que entraría fácilmente
pues la puerta
nunca estuvo muy cerrada.