Estos cuatro poemas tienen algo en común: de alguna manera hablan sobre el misterio de la palabra.
Estos cuatro poemas tienen algo en común: de alguna manera hablan sobre el misterio de la palabra.
Ya era tarde
cuando pudo descifrar
el erotismo de las dunas,
la pasión del viento,
una caricia en la huella
y el nombre escrito
entre el fulgor y la sombra.
Entonces volvió a evocar
a aquella niña que habitara sus abriles.