Dijo tener
el miedo de la hoja
y una pasión abierta por las tardes
en la roca donde durmió el dragón.
Dijo tener
hojas en la idea,
tardes y estallidos de lavandas
y pétalos pegados al cristal.
Dijo tener
la idea del aroma
que se fuga por las ventanas rotas.
Y con eso,
dijo,
me basta para dibujarte.