Navegante

Embarcarme en el ocaso
para gozar del renacer junto al timón.
Ser niño y jugar con los cabos y las velas.
Mirar la tempestad desde el vencido ancla.
Refugiarme en el camastro del relato.
Navegar hasta el adiós de los paíños
y allí derivar añorando la hoja del almendro.
Y así seguir
sin llegar nunca a la costa que soñamos.

4 pensamientos en “Navegante

  1. Navegamos por los mismos mares, Gabriel.

  2. Miriam dice:

    De visita en tu blog. Un placer leerte.Te invito a mi blog.
    caminantecaminemos.blogspot.com
    Mi saludo con infinito respeto.

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