Aún adormecido
el reflejo del sílice
tiene la playa
un secreto de foto antigua.
Desierta.
Sin brisa.
Quieta.
El mar se empeña en arrullar la arena
y deja un manto de espuma tenue.
Sentada ante la línea inmóvil
una mujer sola
desafía al tiempo
y escribe, despacio,
la vieja carta:
“Otro mar
borra mis pasos en la arena”.
Del poemario «El libro y el poeta»
Bellísimo Gabriel!
Me alegra mucho que te guste, Andrea