La silla de la bahía

                                                      A Paco de Lucía, in memoriam

En la bahía
la silla vacía
mira la cuerda del horizonte.
La arena evoca las pisadas
que remontaron cometas
y el caracol
cambia por silencios
el canto de las olas.
Palma y quejío esperan
al hombre que añoraba el mar
y ven partir la barquita del puerto.

En la bahía
la silla vacía
mira la cuerda del horizonte
y presiente que en la playa
también la guitarra ha muerto.

Ahora Lampedusa

La cuerda se suelta
y cae el filo sobre el hombre.
Otra vez la infamia
flota a la deriva.
Los retratos del terror
buscan a los hermanos
que ya no tienen rostro.
Lágrimas de ojos que no miran
se ahogan en las aguas inocentes.
Se ahogan los gritos
que flotaron en el aire.
Hasta el olor se ahoga
en la peste del silencio
que abraza el puñal.
Tierra adentro las ratas plañideras lloran
y procuran no mancharse las corbatas.