Con un fervor de poetas
dice que construye la pared
con ladrillos que son huellas
de un pasado que no cree recordar.
Con una ansiedad de adolescentes
recorre olores y tactos
y no cierra
la puerta de una dicha
que a veces entra ciega
y otras sale sin mirar.
Con un temor de ancianos
camina ideas en el lodo.
El fervor fatiga la espera,
el marco muere tras el ladrillo
y la huella sólo se deja pensar.