Somos pocos.
Dos, cinco, treinta.
Tal vez mil.
Caminamos
entre heridas y palabras
y ordenamos las ideas
ocultas en el hueco
del hambre y la sequía.
Somos pocos.
Caminamos
hacia el gesto que secuestra la ventisca.
Esquivamos cristales escondidos
por el humo y por las piedras
Bebemos gotas de lluvia tardías
mientras el abismo se asombra.
Y los pocos que somos
caminamos
sobre la angustia de la hierba
que hostiga la huella.
Y el dibujo esboza un sendero.
Y ahora somos más.
Gabriel:
Qué bello poema, qué bellos versos, qué zoom de sensibilidad (,sobre la angustia de la hierba/ que hostiga la huella.)
Me hubiera gustado escribir este poema.
Disculpa los meses de ausencias, aunque seguía asomándome por detrás de los visillos.
Ester
Ohh, Ester! Qué alegría me da el que te haya gustado. Y no son ausencias, son pausas. Eres siempre bienvenida. Yo también me asomo por detrás de los visillos a tu Bu Regreg. Un abrazo