Cuando el sol insinúa
la pequeña despedida
pasa un carro lento
por los fatigados adoquines
al ritmo de los cascos y las ruedas.
Detrás
el bastidor soporta
la triste carga del caballo muerto
que encamina su silencio
al perfume del jabón.
Cuando el sol insinúa
la pequeña despedida
pasa un carro lento
por los fatigados adoquines
al ritmo de los cascos y las ruedas.
Detrás
el bastidor soporta
la triste carga del caballo muerto
que encamina su silencio
al perfume del jabón.
Corto y bello. Me ha encantado.
Un abrazo
Gracias, Jesús!
¡Salud!
En los recuerdos de un niño siempre hay un caballo, unas veces arrastrando un cadáver, otras en los juegos de la infancia donde mueres muchas veces y siempre es menitra… https://blocdejavier.wordpress.com/2014/11/25/el-caballo-muerto/
Gracias por tus lecturas y por compartirlo, Javier!