Aquella amante que dibujaba encuentros
entre dos puertos y el mar,
recogió la huella de la almohada
y desertó del lugar de los anhelos.
Cansada de habitar los espejismos
dejó de ser el sueño de un errante
y se coló en un libro de poemas.
Ahora camina
por la orilla de aguas suaves,
es un pájaro sereno.
Le cautiva bajar del carrusel
y adentrarse en el salón de los espejos.
Breve, bueno, dos veces bueno.
Me ha encantado.
… ahora camina por la orilla de aguas suaves. ¡Magnífico!
Un abrazo
Gracias Jesús. Sí, cada vez me gustan más los poemas breves. Terminaré usando más la goma que el lápiz (o sus equivalentes informáticos)
Estamos en caminos paralelos. jeje
Un abrazo.