El libro y el poeta

Un libro espera la llamada del poeta.
La hoja blanca,
un suave olor a papel nuevo
y un lomo que se encorva ante la idea.
La tapa abre su ilusión
al caminante de palabras.
La palma quieta
niega al recuerdo la escritura.
La letra ha muerto en el empeño
de trepar por los peldaños de papel.
Errante,
la mano se agita entre las plumas,
mira el verbo que no existe
y dice que descansa
de un viaje al infinito.