Mundos lejanos

Nunca apacigua

esperar la llegada

del rendido escarabajo,

del gorrión que reclama

su dosis de jugar,

de la hoja que mira su caída.

En la búsqueda están

las albas azules

para revelarnos

que ellos son los perfectos,

los imposibles,

los que nunca llegaron.


El ancla

Una tarde
mientras sus pasos
se duelen en la búsqueda
y la soledad parece
ser la reina en el abismo,
reconoce una cara
recortada en el bullicio del bar.
El pequeño gesto
que no llega a la sonrisa
es un ancla insospechada,
volver a una huella que ha pisado,
el sello de un destino en otra tierra
que así, sin darse cuenta,
va aprendiendo a amar.