El perchero

El perchero espera
a que el pensamiento decida colgarse
y descansar de planes imposibles,
castillos de naipes,
novias impacientes.
Entonces el peso de un loden lo rompe
y origina una cadena de infortunios:
manchas indelebles, móvil inservible,
siembra de monedas
y una agenda que equivocará
eternamente las citas importantes.
Es indudable que como huésped
hubiera sido mejor el pensamiento.

6 pensamientos en “El perchero

  1. Irene dice:

    Es un poema, y es un pequeño relato. Me encantó la discreta y delicada personalidad del perchero!

  2. Rkia dice:

    ¡Muy bello poema, Gabriel!
    ¡Me encanta!
    Rkia

  3. Beatriz Carilla Egido dice:

    Te felicito por la idea tan especial de dar protagonismo a un perchero. Yo misma tiendo a darle vida propia a los objetos. Triste y bello. Beso!

    • Gabriel Alejo dice:

      Gracias Beatriz! Sí, lo de dar vida a los objetos es interesante. Al principio nació como una especie de juego pero creo que ahora dejó de serlo y se instaló como tema.

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