Cansado de volver

Cansado de volver
me siento en un banco de frontera
a mirar el horizonte dibujado
por las aves que huyen de los débiles confines.

Cansado de volver
espero en la penumbra de una espera
noticias de muertes o alegrías
que llegan pero tarde mal o nunca.

Cansado de volver
me subo al tiovivo de la vida
oteo las nubes del recuerdo
y adiós les digo con un dedo.
Cansado de volver
ya no vuelvo más.
Me quedo donde estoy
con lo que tengo
y lanzo otra vez más
la semilla
en esta arena.

La flor del lirio

a mis amigos de Junts

Llevaban una flor
de lirio dibujada en sus cuadernos.
Jugaron en la paz de la ladera,
a la sombra del olivo,
con el carro,
el muñeco roto,
los teléfonos de latas.
La infancia fue grabando
el sabor de los higos y las tunas,
el olor de los azhares,
la caricia de las mentas
en las tardes de verano.

Sin darse cuenta de los días
la vida creció,
se hizo amor en los silencios
y siguieron jugando a ser ingenuos
sin pensar en la pasión de la demora.
Y siempre el lirio en flor.

Ahora
los separan
la bala y el espino
y una línea que hiere los parajes.
Ahora
el dolor lacera los recuerdos,
y piensan en destierros,
en la paz de la ladera,
en los higos, en las mentas
y en el lirio
que se seca en los cuadernos.
https://gabrielalejo.files.wordpress.com/2010/05/florlirio.mp3

Te inventé y te quise

Aún lloraba
la muerte del jardín y los triciclos.
Entonces mi empeño fue quererte.
Recorría con mis padres tus domingos,
leía tus versos,
oía tus tangos…
Y así te inventé, ciudad,
y así te quise.
Pero hoy
cuando vuelvo a tus rincones
sólo veo las ruinas del recuerdo
en el turbio lugar de la derrota.

Ahora hago de mi patria mi destierro
y viajo desexilios imposibles.

Enseñanzas

De ti aprendí los nombres
de los héroes del despojo,
las fechas de matanzas
y de gestas genocidas,
el rosario de mentiras,
la mala educación.
Al carro de tu estiércol
ataste una bandera azul y blanca.
En tus faustos oficiales
dejaste oir el himno
ahogado por las riadas de la sangre derramada.
Hablaste de derechos y de humanos
con tus garras en las vísceras calientes
de un pueblo sin nombre ni justicia.
De ti sufrí el insulto,
la tortura, el exilio, las ausencias.
Tal vez sea por eso
que en mis noches desveladas
es mi voz la que te nombra:
“patria”.

La partida

La ciudad
abandona al barco con el paso trémulo
….de los padres heridos.
Aleja a los hombres y los muelles,
congela el llanto,
desvanece edificios testigos de vírgenes amores,
silencia sus calles
hasta que el árbol se confunde con la nube
y todo queda a merced de la memoria.
Entonces se vislumbra
el exilio en nuestras manos,
comienza el recuerdo
y nos volvemos habitantes del destierro.