A Quicu Samsó, in memoriam
Estem però no hi ha ningú
Quicu Samsó
Un lienzo blanco.
El alabastro
al que nadie le dará vida.
Un rototom que espera la baqueta.
Alguien busca en la lejana linea
las palabras del poema que no sabrá escribir.
Ahora
que la orquesta entera
ha dejado de sonar
el aire es un silencio oscuro
y un café se enfría en la mesa vacía.
¿Quién nos dirá
cómo sembrar este erial?
Estamos. Pero no hay nadie.
«estamos, pero aun no hay nadie» Wooow.
«estamos. Pero no hay nadie» Woooow.
Así era mi amigo Quicu, Azurea. Un excelente músico, un excelente pintor y escultor y, aunque él no se lo creyera, un poeta. Ese verso es la introducción de «El libro y el poeta» en el que grabamos una serie de poemas que Quicu musicalizó.