En todo caso olía a malvón
y no a geranio.
Porque era el recuerdo
de lombrices bajo piedras,
de sandías robadas,
de caballos que galopaban hormigas
y perros que cantaban
coplas de piratas ebrios.
Lejos, el geranio
saltaba entre balcones,
desnudaba toreros
y vivía la muerte de la soleá.
Mi infancia sembrada de malvones
aprendió tarde el amor de los geranios.
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El despertar de la piel
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Mundos lejanos
Nunca apacigua
esperar al rendido escarabajo,
al gorrión que reclama
su dosis de jugar,
a la hoja que mira su caída.
En la búsqueda están
las albas azules
para revelarnos
que ellos son los perfectos,
los imposibles,
los que nunca llegaron.
Tinieblas
Como si la noche fuera la magia de un sonido
o la fórmula del olor del pan
o la saliva del ave que migra.
Como si la noche fuera
la pócima de las meigas
o el dilema de Casandra
o la caída en el eterno desorden.
Camina en la oscuridad
sin saber que la noche
sólo es una pequeña gota de rocío.
La mancha

Avanza la mancha
sobre un riesgo de serpientes
Las semanas ya no mueren
a las veinte horas
de cada domingo
Ahora es el tiempo
de un aliento de alimoches
y de soles rehenes en zarpas agrias
En los sepulcros
sólo triunfan los relojes.